El lunes 3 de junio, a 9 años de la primera convocatoria del 3J, realizamos el conversatorio “Ni Una Menos y la prevención de las violencias de género. Los desafíos de la Justicia” un espacio para reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos como operadorxs del sistema de justicia para prevenir la violencia de género. El diseño y la coordinación del panel estuvieron a cargo de la directora general del CJM, Cecilia Segura Rattagan y el consejero a cargo, Luis Duacastella Arbizu.
La actividad refleja un abordaje plural y amplio de la violencia de género por parte del Poder Judicial de la Ciudad. Participaron Luis Duacastella Arbizu, consejero del Consejo de la Magistratura y a cargo del CJM; Alicia Ruiz, jueza del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad; Karina Andrade, jueza de Primera Instancia en el fuero Penal, Contravencional y de Faltas, a cargo del juzgado Nº 15 de la Ciudad; Genoveva Cardinali, fiscal del Fuero Penal Contravencional y de Faltas de la CABA y coordinadora de la Unidad fiscal Este; Vanesa Ferrazzuolo, secretaria general de Asistencia Jurisdiccional a la Defensa del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad y Pilar Molina, secretaria general de Gestión del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad.
La presentación del panel la realizó Cecilia Segura Rattagan, quien reflexionó sobre el desarrollo de las capacidades estatales y las acciones de coordinación para generar intervenciones más adecuadas. Definió estas sinergias como fundamentales para el ejercicio efectivo a los servicios de justicia.
Al comenzar, hizo una mención especial: “En un nuevo 3J tenemos que lamentar lo que fue la masacre de Barracas, que fue el lesbicidio de tres mujeres” y se refirió a la importancia de identificar los avisos previos.
En su intervención, Alicia Ruiz se refirió a la prevención como un desafío para la Justicia y se centró en el rol de los jueces y juezas y su pretensión de objetividad. Asimismo, afirmó: “Estamos en un mundo cada vez más injusto con las mujeres y los colectivos de género porque no se es sólo mujer ni sólo trans ni lesbiana, porque las clases sociales y las diferencias sociales no han desaparecido” y agregó: “La mujeres pobres y encarceladas sufren muchas discriminaciones juntas” y concluyó: “El poder judicial debería tomar conciencia de que es un poder del Estado, no el único y probablemente el que llega más tarde”.
Karina Andrade reflexionó sobre los números recientes de la Oficina de la Mujer de la CSJN y sobre un dato específico, la evidencia del aumento de muertes entre personas jóvenes y la transversalidad en los hechos de violencia por motivos de género como son los casos de Barracas y Tehuel. En este último explicó: “en la causa señalaron que no consideraron las vulneraciones con su identidad de género, hay una especial consideración que se tiene que tener en las muertes como en estos casos. Los casos siempre traen el vínculo previo pero no debe ser sólo de pareja sino de vecinos o del entorno”.
También hizo una mención especial a la escucha activa y sensible, a la violencia interpretativa cuando se quiere tomar la voz de la víctima y a lo fundamental de construir con la persona afectada las medidas de protección más idóneas para su estilo de vida y sus posibilidades y concluyó “La importancia de compartir la información del rol del Estado y el control estatal para pensarlo con la víctima”.
Genoveva Cardinali, a cargo de la primera fiscalía especializada en género del país, repensó el concepto de reparación de la víctima y sostuvo: “se trata de adquirir una capacidad para ver qué le pasa a la persona, desde la toma de la denuncia, desde que ingresa al CJM y la recibimos tenemos que pensar en mirarla a los ojos y escucharla”.
En cuanto a las medidas de protección hizo hincapié en que sean habladas con la víctima, que si bien hay un listado de medidas, se puede innovar y repensar cuáles son las mejores para cada persona, “los Estados deben adecuar las estructuras y medidas de coordinación para ajustar a la víctima”, sostuvo.
Vanesa Ferrazzuolo se refirió a los desafíos para prevenir las violencias por motivos de género desde el Ministerio Público de la Defensa, a través de la creación del programa de asistencia vincular para mejorar los vínculos entre parejas y erradicar la violencia. El programa Lado V está dedicado a varones y a abordar interdisciplinariamente las necesidades de las mujeres que viven violencia de género.
Pilar Molina, por su parte, explicó un cambio sustancial por parte de la Asesoría Tutelar de la Ciudad, “Los pibes también son víctimas de la violencia de género” e invitó a repensar y construir espacios restaurativos dentro de la Justicia. Mencionó el Programa de vínculos saludables y crianza creado en 2021 y el Programa Convivencia Respetuosa entre pares. Asimismo, invitó a identificar cuáles son los recorridos que realizó la víctima ya que ese corte es interesante para ver qué corregir.
El cierre de la actividad estuvo a cargo de Luis Duacastella Arbizu para pensar cúales son los herramientas para generar mejores abordajes en las violencias por motivos de género.
Estuvieron presentes Lorena Clienti y Gabriela Zangaro, consejeras del Consejo de la Magistratura; Marcela Millán, Defensora General de la Ciudad; Ana Salvatelli, ex titular del CJM y actual titular de Oficina de Actuaciones Colegiadas de la Auditoría General de la Nación; Alejandra Tadei, Secretaria Judicial de SACAyT y SAO, TSJ; Ileana Arduino, secretaria letrada de la vocalía a cargo de la Jueza Alicia Ruiz; Fermín Igarzabal, secretario Judicial de la SAG, TSJ; Alejandro Gargano, secretario de Acceso a la Justicia del MPF CABA.
Por el CJM participaron Liliana Tojo, titular de la Oficina de la Mujer; Elisa Betzel, titular de la Oficina de Violencia Doméstica y de Género; Julieta Costa Díaz, titular del Departamento de Articulación Institucional y Territorial, y Alejandra Perrupato, titular del Departamento de Prevención, Apoyo y Asesoramiento en Violencias, entre otras trabajadoras y trabajadores del Poder Judicial de la Ciudad.